El segundo piso del internado para niños con discapacidad en Dnipro estaba vacío cuando estalló la guerra: treinta menores en sillas de ruedas fueron evacuados a Ucrania, otros con sus familias, y todas las adopciones se paralizaron hasta nuevo aviso.
Ahora hay 45 en el internado, la mayoría de ellos severamente discapacitados mentales. Aunque no saben lo que sucede afuera, reaccionan con nerviosismo al sonido de las sirenas.