El Papa Francisco llegará hoy a la remota Iqaluit, a 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico, donde viven unas 8.000 personas, para disculparse con los indígenas inuit de Canadá, que fueron asesinados en los llamados procesos de asimilación que tuvieron lugar entre el siglo IX y finales del XX.
Nunca un Papa había llegado tan al norte en sus viajes. El destino es la capital, Nuvanut, un lugar que estuvo prácticamente deshabitado hasta 1942, cuando surgió una base militar estadounidense, y actualmente no tiene conexiones por carretera, ferrocarril o mar con el resto de Canadá durante gran parte del año.