Siete años de guerra han dejado a Yemen en el lugar de la peor crisis humanitaria del mundo, según la ONU, que ha empeorado tanto con el tiempo que la mitad de los yemeníes no tienen acceso a agua potable todos los días.
La escasez de agua en este árido país del Golfo Pérsico ha sido una constante durante décadas, pero el conflicto que comenzó en 2014 ha dejado en escombros pozos y tanques de agua, plantas desalinizadoras, estaciones de bombeo y tuberías, dejando a millones de personas en extrema vulnerabilidad.