Han pasado tres días desde que el incendio, que se originó en el norte de Tenerife, fue controlado y los terrenos afectados ya están abiertos al tráfico, aunque el acceso sigue prohibido por motivos recreativos. Es pasable de nuevo, pero no como antes.
2.700 hectáreas y 34 kilómetros de circunferencia fue la superficie total quemada por el fuego, espacio donde se sigue trabajando para acabar con los “puntos calientes”, el problema que más preocupa en estos momentos.